Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen.
--Salmo 19.13 (NVI)
Al hacer la revisión nocturna de los tanques de caballitos de mar y peces, se descubrió que uno de los tanques tenía un problema con el oxígeno. Los peces estaban letárgicos, y si no se solucionaba el problema, estarían muertos al llegar la mañana. Al examinar el conducto que lleva el aire se vio el problema: las partículas de sal en el agua se habían acumulado y habían tapado el flujo de aire. Después de limpiarlo, el oxígeno volvió a circular y los peces se libraron de morir.
Veo una parábola en este incidente. Para vivir una vida sana y santa necesitamos limpias las líneas de comunicación con Dios. Al vivir en un mundo pecador, indiferente a Cristo, es fácil que nuestra línea de comunicación se congestione. Las actitudes malsanas, el rencor y otras cosas semejantes dejan rastros en el alma sin que nos demos cuenta. Lentamente, nuestra frescura espiritual se daña. A diferencia de los peces, podemos hacer algo. Podemos clamar a Dios para que nos permita tener las líneas espirituales limpias: «Ten compasión de mi, oh Dios, conforme a tu gran amor…Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.» (Salmo 51.1-2)
Autor
Sr. Raymond N. Hawkins (Tasmania, Australia)
Pensamiento para el día
Una vida santa depende de la conexión con Dios.Oración
Señor, haznos sensibles a todo aquello que impida nuestra relación contigo. Manténnos limpios. Amén. Por los dueños de negocios pequeños.
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