Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. - 1ª de Juan 1:9 (NVI)
Me incliné desde la silla de ruedas para tomar la manita de Ben, mi pequeño hijo de 4 meses de edad. Deseaba poder acariciar su mejilla, cubierta por un vendaje blanco que le rodeaba la cabeza. Las máquinas conectadas a su cabecita y a su pecho lo mantenían con vida. Mi corazón estaba abrumado, no solo porque ambos sufríamos mucho dolor tras un grave accidente automovilístico, sino porque estaba inundada por una culpa implacable. Me había vuelto para atenderlo y me salí del camino y choqué contra un poste de luz. Ahora un ojo, un brazo y una pierna de mi bebé estaban inmóviles. Una y otra vez pedí perdón a Dios, hasta que un susurro calmó mi corazón: «No pidas perdón miles de veces. Arrepiéntete una sola vez y luego agradece 999 veces por el perdón mediante Jesucristo, mi hijo».
Cuando Ben y yo nos recuperamos me llené de alegría, pero al ir comprendiendo gradualmente la misericordia incondicional de nuestro Señor, ocurrió otro milagro. Llegué a perdonarme a mí misma por el daño que causé a mi hijo. Nuestro Padre celestial nos ama tanto que no es necesario acudir a Dios como mendigos. En lugar de esto, confiados podemos dar gracias a Dios por perdonarnos para que entonces nosotros nos perdonemos a nosotros mismos.
Cuando Ben y yo nos recuperamos me llené de alegría, pero al ir comprendiendo gradualmente la misericordia incondicional de nuestro Señor, ocurrió otro milagro. Llegué a perdonarme a mí misma por el daño que causé a mi hijo. Nuestro Padre celestial nos ama tanto que no es necesario acudir a Dios como mendigos. En lugar de esto, confiados podemos dar gracias a Dios por perdonarnos para que entonces nosotros nos perdonemos a nosotros mismos.
ORACIÓN DE HOY
Gracias, Santo Redentor, por tu gracia, que fluye libremente a todos nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO DEL DÍA
Mi culpa no se compara a la gracia de Dios.
ENFOQUE DE LA ORACIÓN
por quienes luchan con remordimientos
AUTOR: Sra. Lynn Hare (Oregón, EE. UU.)
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