Léase Léase 1ª de Juan 4.7-16
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
- Juan 3.16 (VPEE)
Como parte de un viaje familiar a Nueva Delhi durante la Navidad, visitamos el Taj Mahal, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Un rey mongol lo construyó en memoria de su esposa amada. Siglos más tarde, aunque terrenal, este monumento simboliza su amor a través de su belleza y su atmósfera.
Esta edificación honrando un amor mortal me recordó el amor inmortal mucho más grande que el Rey de reyes nos mostró hace más de 2,000 años. Jesús vino a la tierra y dio su vida por nosotros/as.
El amor de Dios mostrado en Jesucristo tiene el poder para limpiar nuestra culpa y nuestros pecados. Dios, en amor, también nos promete vida eterna. Pero no tenemos que viajar a un lugar especial para encontrar y sentir este amor maravilloso. Todo lo que tenemos que hacer para experimentar la vida que Dios ofrece es creer en Jesucristo. Entonces, podemos llegar a ser monumentos de ese amor a través de la forma en que vivimos cada día.
Autor
Sr. Rohan P. Diarsa (Gujarat, India)
Pensamiento para el día
Cristo es el punto de referencia que ha cambiado tanto la historia terrenal como nuestras vidas por la eternidad.Oración
Gracias, Señor Jesús, por venir a este mundo y entregar a tu Hijo por nosotros. Amén. Por quienes están viajando durante las festividades.
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