Léase Léase Hebreos 11.8-16
Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse su Dios...
- Hebreos 11.16 (RVC)
Las tradiciones de la Navidad son diferentes en cada parte del mundo. En Australia, donde pasé mi niñez, nos sentábamos frente al abanico eléctrico a cantar canciones sobre la nieve y los trineos. A muchos australianos les gustaría experimentar una Navidad con nieve. De adulta, trabajé como misionera en el norte de Japón. Pude experimentar la Navidad que imaginaba de niña. Pero celebrar la Navidad con nieve no resultó como me había imaginado; añoraba el clima cálido de la Navidad de mi niñez, junto a la familia.
Vemos el deseo de regresar a casa en los personajes de la Biblia que se sintieron «como extranjeros de paso por este mundo» (Hebreos11.13). Mi deseo de regresar a casa me llevó a pensar en el sacrificio que Jesús hizo cuando vino a la tierra. ¡Cuánto debió haber añorado todo lo que dejó atrás!
Siempre que estoy lejos de mi hogar en Australia, trato de transformar mi añoranza en el anhelo por la patria celestial, donde al fin estaré satisfecha. Cuando llegue a mi hogar eterno todo será perfecto, y ya no sentiré deseos de estar en casa.
Autor
Sra Wendy Marshall (Tokyo, Japón)
Pensamiento para el día
El anhelo por un hogar es un anticipo del cielo.Oración
Amado Señor, ayúdanos a enfocarnos en el maravilloso hogar que nos estás preparando en la eternidad. Amén. Por los misioneros.
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