Léase Colosenses 3.12-17
Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó.
- Colosenses 3.13 (RVC)
Por años me disgustó el color púrpura. El púrpura era el color preferido de mi mejor amiga Juanita cuando ambas teníamos 11 años: el año en que me traicionó.
Ella escogió amistades más populares, se burlaba de mí, y hasta apagó las luces, dejándome sola en la oscuridad en un baño público. Para mí, el púrpura era el color de la deslealtad, de los sentimientos de dolor, y de hechos que no quería perdonar de ninguna manera.
Juanita se portó mal y yo me sentí herida. Mantuve mi actitud hasta que Dios me mostró en la Biblia que debemos perdonar a otras personas, así como él perdona nuestros pecados.
Si hay alguien que tiene derecho a sentirse amargado a causa de lo que la gente le hizo, ese es Jesús. Sin embargo, su respuesta fue el perdón. Judas traicionó a Jesús; Pedro lo negó tres veces. Jesús, el Hijo de Dios sin pecado, mientras moría en la cruz ante la mofa y los golpes, oró: «Padre, perdónalos…» (Lucas 23.34).
Pensamiento para el día: Ninguna ofensa es demasiado grande para perdonarla.
Oración
Amado Dios, que sigamos el ejemplo de Cristo al perdonar a otras personas como tú lo has hecho. Amén. OREMOS: Por amigos/as en conflicto.
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