LECTURA DE HOY
Primer libro de Samuel 3:1-10
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. - Deuteronomio 6:5 (NVI)
Una de mis historias favoritas de la Biblia es la de Samuel. Su madre, Ana, le rogó a Dios por un niño. Dios la bendijo con un hijo, Samuel, a quien Ana llevó a servir en el templo.
Podemos imaginar al pequeño Samuel ayudando a Elí, el sumo sacerdote en el templo de Siló. Samuel realizaba tareas para Elí y los creyentes que acudían al templo. El trabajo de Samuel debe haber sido duro, pero sirvió diligentemente como un siervo fiel y amoroso en la casa de Dios.
Samuel sirvió a Dios con todas sus fuerzas. No se quejó cuando pensó que Elí lo estaba llamando en medio de la noche; ¡fue entusiasta! Para Samuel, ninguna labor era insignificante, y cada tarea era importante. Por su fidelidad en asuntos insignificantes, Dios le confío asuntos importantes. Con el tiempo, Samuel llegó a ser uno de los más grandes profetas de Israel.
Amar a Dios con todas nuestras fuerzas significa ofrecer nuestro tiempo, talentos, cuidado y recursos para Dios y para otros. Ningún trabajo es insignificante o menospreciado en el servicio de Dios — cada esfuerzo de servicio es sagrado y agradable para Dios. La historia de Samuel puede inspirarnos a servir a Dios con todas nuestras fuerzas.
ORACIÓN DE HOY
Oh Dios, ayúdanos a servirte como lo hizo Samuel. Recuérdanos a mantener una actitud entusiasta en todo nuestro trabajo, porque cada acto de servicio te agrada. Amén.
AUTOR
Sr. Wati Mollier (Nagaland, India)
PENSAMIENTO DEL DÍA
Cada acto de servicio fiel es sagrado.
OREMOS
por servir a Dios de manera diligente
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