
Léase Hechos 11.1-9
-éxodo 4.10 (RVR)
EN el servicio el domingo pasado, cantamos un himno pidiéndole a Jesús que sea el Señor de nuestras vidas. Al unirme al cántico, sinceramente eso era lo que le pedía a Jesús. Más tarde, al regresar a casa después de un paseo, encontramos a una vecina anciana, que enviudó recientemente y estaba caminando lentamente por una larga pendiente. Mi esposo se detuvo para llevarla a su casa. Mientras ella se subía al auto, sentí en mi interior a Dios diciéndome: «Invítala a tu casa a tomar un té». Mi respuesta interna fue: «No, Señor», porque estaba deseando pasar un tiempo tranquilo leyendo. El domingo es después de todo un día de descanso.
Llevamos a nuestra amiga y regresamos a casa. Pero algunas palabras que leí en el libro de Hechos pasaron por mi mente. Después de recibir instrucciones claras de Dios, el apóstol Pedro protestó: «¡No, Señor!», sin comprender la contradicción que había en su protesta. «No» y «Señor» no son compatibles.
He decidido cambiar mi no en sí, invitando a mi vecina a un paseo el domingo, seguido de un té. Espero que ella acepte.
Sra. Elaine Brown (Pertshire, Escocia)
Oración:
Amado Señor, ayúdanos a responder con un rotundo sí cuando tienes instrucciones para nosotros/as, mostrando así nuestro amor por ti en obediencia rápida y gozosa. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA El decir sí a Dios abre oportunidades que no debemos perder. |
OREMOS:
Por quienes han enviudado recientemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario