Léase Génesis 32:22-32
Entonces el hombre le dijo: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido».
Sentado solo en un banco del parque, luchaba por no llorar de frustración. Me sentía seguro de haber dedicado mi vida a Dios e intentado seguirle con fidelidad. Había dedicado los últimos años preparándome para aquella carrera a la que creía Dios me había llamado, pero no había conseguido ni una entrevista. ¿Acaso no había entendido la dirección de Dios o simplemente Dios se había dado por vencido conmigo? Durante toda esa noche batallé luchando con lo que significaba mi situación respecto de mi relación con Dios.- Génesis 32: 28 (NVI)
Jacob también pasó una noche luchando con Dios. Él había conseguido una gran fortuna al engañar a su hermano y quitarle su derecho a la herencia. Ahora, en la víspera de su encuentro, Jacob tenía miedo de cómo lo recibiría Esaú. Sin embargo, al amanecer, respondiendo al pedido de bendición que había hecho, el ángel le prometió: «. . . te llamarás. . . Israel, porque has luchado. . .y has vencido» (Génesis 32:28).
La situación de Jacob no había cambiado: su hermano venía al encuentro. Era Jacob quien había cambiado. Tras aquella noche de lucha con Dios, mi situación seguía siendo la misma, pero también yo había sido cambiado, tranquilo de que a Dios no le ofendían mis dudas y que me amaría incondicionalmente.
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