LECTURA DE HOY
Evangelio según San Mateo 8:23-27
Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?». - Mateo 8:27 (NVI)
La primera vez que viajé en avión, tenía 10 años y me dormí durante el vuelo. Me sorprendió que el aterrizaje fuese un poco bamboleante. Desperté con un pánico y apreté el brazo de mi padre, segura de que moriríamos. Papá tomó mi mano y dijo: «Está bien. Ya llegamos». Emití un suspiro de alivio y me deslumbré al ver la ciudad, anticipando las aventuras que me esperaban.
Cuando recuerdo aquella experiencia, me pregunto si los discípulos se sintieron así durante el relato de hoy. El mar estaba encrespado y Jesús dormía. Cuando lo despertaron, él disipó sus miedos —parecido a lo que mi padre hizo en aquel avión— y luego calmó la tormenta. Los discípulos quedaron asombrados ante lo que Jesús había hecho.
A veces podemos sentir que todo lo que nos rodea es un caos. Tal vez nos sentimos confundidos, desilusionados o desanimados. Aunque creamos que estamos al borde del peligro, hallaremos consuelo al recordar que Jesús está con nosotros y nos acompañará a través de la tormenta. Cuando la vida se parece a una turbulencia, no hemos de temer. Podemos recurrir a Jesús, que pone calma aun en la mayor confusión.
ORACIÓN DE HOY
Señor, que riges las tormentas, ayúdanos a aferrarnos a ti cuando la vida nos sacude. Recuérdanos recurrir a ti cuando arrecia la tormenta. Amén.
PENSAMIENTO DEL DÍA
Recurriré a Jesús cuando la vida se vuelva inestable.
OREMOS
por los pilotos de las aerolíneas
AUTOR
Sra. Adrienne Rayfield (Carolina del Sur, EE. UU.)
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