Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. - Mateo 6:34 (RVR)
Una vez más me sentí paralizada y completamente indefensa. El pánico aumentó en mi pecho al sentir que la obscuridad de mi habitación me circundaba. Con mucha frecuencia el miedo parecía dominar mi vida. Preguntas sobre mi futuro, mi carrera, mi situación financiera, la relación difícil con mi pareja, los miembros de mi familia que están enfermos —la lista nunca terminaba— todo me atormentaba.
Ya en la cama, mirando hacia el techo, recordé las palabras de Mateo 6:34. Me di cuenta que el interminable ciclo de miedo que dominaba mis pensamientos y acciones estaba dañando mi vida espiritual. Sin embargo, sabía que Jesús me amaba y que murió para salvarme, y que él reina sobre todo.
El apóstol Juan escribió que el miedo no puede existir donde el amor está en completo control; si temo, no me perfecciono en el amor (Ver 1ª de Juan 4:18). Recordé todas las formas en que Dios me ha provisto una y otra vez. Al reflexionar, me di cuenta de que en cada prueba Jesús estuvo presente y nunca falló en proporcionar lo que necesitaba. Entonces, oré y le compartí a Dios todas mis preocupaciones y temores, orando por paz al conciliar el sueño.
ORACIÓN DE HOY
Dios todopoderoso, concédenos una comprensión más profunda de tu amor para que el miedo ya no reine en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén.
AUTOR
Sra. Laura Rothhaar (Ohio, EE. UU.)
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