LECTURA PARA HOY
Mateo 11:28-30
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Después de 20 años de trabajar, me jubilé. Mis hijos ya han crecido y tienen sus propias familias. La que alguna vez fue la agenda atiborrada de una madre que trabajaba fuera del hogar se frenó. Debí haber saboreado este nuevo ritmo. Después de todo, ¿no era lo que había deseado durante todos aquellos años agotadores? Sin embargo, descubrí que me sentía un poco deprimida y fracasada. Me sentía culpable porque ya no había logros en mi vida. Vivía inquieta, incómoda como un pez fuera del agua.
Finalmente, hice lo que debería haber hecho al principio: orar por ayuda para lidiar con estos sentimientos. El Señor me ayudó a recordar poco a poco todo lo que estaba logrando. También, que no era necesario mantener el ritmo vertiginoso del pasado. Este era un momento distinto en mi vida, y podía ir más lento.
Sentí en todo mi ser que Dios me animaba. Comprendí que los sentimientos de culpa y desaliento no eran lo que el Señor deseaba para mí. El lente con el cual consideraba mi agenda cambió. Me sentí esperanzada y con nuevas energías, aliviada. Me hallaba donde debía estar y podía descansar en esa verdad que reconforta.
Oración:
Gracias, Padre Dios, por guiar nuestras vidas. Ayúdanos a confiar en tu perfecta voluntad. Amén.
Pensamiento para el día:
Dios tiene un propósito especial para cada etapa de nuestras vidas.
Autor:
Sra. Belle Todd (Texas, EE. UU.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario